
— ¡Eh!, ¿qué estás haciendo ahí abajo? Aquí arriba se está mucho mejor hay más comida.
— No puedo subir —le responde la otra.
— Déjame ayudarte —le ofrece la de arriba.
— No. Déjame en paz. Aquí estoy bien y también hay comida.
— De acuerdo — dice la otra rana—, pero aquí arriba hay mucho más espacio para explorar y para moverse.
— Aquí abajo tengo todo el espacio que necesito —mantiene la de abajo.
— ¿Y qué me dices de relacionarte con otras ranas? —argumenta la de arriba.
— De vez en cuando baja alguna hasta aquí, y si no, puedo gritarles a mis amigas de ahí arriba.
Finalmente la rana de arriba abandona su empeño y se va, dando brincos.
Al día siguiente, ante su sorpresa, se encuentra con la rana de abajo saltando a su lado.
—Oye —le grita—, creí que ibas a quedarte en ese surco. ¿Qué ha pasado?
— ¡Que venía un camión!
Algunas personas necesitan el equivalente de un camión para moverse. Otras, en cambio, pueden sentirse razonablemente satisfechas y exitosas, pero creer al mismo tiempo que «para mejorar no hace falta estar enfermo». Estas personas contratarán a un coach para explorar con él el modo de ser más felices e incluso más eficaces. Quieren ser lo mejor que pueden ser y quieren lo mejor para ser cada vez mejores.
Un abrazo y cariños para todos,
Joseph O’Connor and Andrea Lages, Coaching con PNL
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